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Cuidar la salud física y emocional de nuestros niños, el gran desafío en este momento

Les compartimos estrategias para hacer frente a esta nueva inesperada situación de aislamiento. Cómo organizar nuestras rutinas, cómo comunicarnos y qué hacer en casa, son algunas sugerencias que nos acerca nuestra Psicopedagoga Fernanda Distéfano, del servicio de Rehabilitación.

25 de marzo de 2020, 15:10. Por: Victoria Diumenjo.

imagen Cuidar la salud física y emocional de nuestros niños, el gran desafío en este momento

Preparar los alimentos los acerca a la comida de una forma positiva y los anima a probar nuevos sabores.

Frente a las circunstancias actuales los padres tenemos un gran desafío en casa: cuidar de nuestros niños, tanto en salud física como emocional. Al no ser una época de vacaciones, sino de cuidado y prevención, no debemos sacar a nuestros hijos de casa, por lo cual, visitas a la plaza, al cine o peloteros quedan suspendidas, tampoco podemos contar con la posibilidad de invitar amigos o llevarlos a la casa de alguien más ¿Qué hacer entonces?

Organizarnos, anticiparnos y compartir tiempo de calidad. Si logramos un cierto equilibrio, podremos superar estos días de incertidumbre. Por lo cual, les proponemos algunos consejos para tener en cuenta.

Explicar por qué nos quedamos en casa. Una buena forma de hacerlo es  afirmar que es “para cuidarnos y cuidar a los demás”. Es muy importante ofrecer a los niños respuestas claras, cortas y sencillas para disminuir sus inquietudes y  preocupaciones.

 

  • Minimizar la exposición a noticieros o información en redes sociales, principalmente para los más pequeños, y con orientación, para los niños más grandes y/o adolescentes.  De esta forma,  reducir la angustia o el temor excesivo frente a lo que vivimos.
  • Organizar una rutina en casa, la cual puede ser escrita o dibujada. No debe ser demasiado puntual, así dejamos lugar a la imaginación,  ni tan general porque no nos ayudará como padres a transitar el día. Es muy importante incluir el lavado de manos entre actividad y actividad, como también respetar los horarios de descanso nocturno, principalmente.  ¡Es un excelente momento para adquirir hábitos de orden e higiene!
  • Incorporar a nuestros niños, de acuerdo a sus edades, en las tareas de limpieza y orden de la casa. El mantener el orden favorecerá que los adultos podamos desinfectar superficies dentro de la casa, además de pasar el tiempos ocupados e incorporar responsabilidades.
  • Dejarlos participar, en la medida de lo posible, en la preparación de alimentos, prefiriendo siempre aquellos más saludables. Es real que el manipular los alimentos y prepararlos para el consumo los acerca a la comida de una forma positiva y los anima a probar nuevos sabores.
  • Proponer momentos de trabajitos escolares para los más pequeños y estudio o tareas para los más grandes. Cuidado, recordando que no somos sus maestros, somos sus padres. Intentemos reforzar lo ya visto, lo ya enseñado, no presentar temas nuevos. Estos momentos de tareas deben ser amenos, podemos establecer como regla el cumplir estas tareas para poder acceder a otras, por ejemplo, el uso de soportes tecnológicos.
  • Participar o sugerir juegos con reglas, que incluirá lectura de esas reglas, espera de turno, estrategias de resolución, etc. Sin darnos cuenta, podemos aprender a esperar el turno, tolerar la frustración, establecer acuerdo con el otro, entre otras habilidades.
  • Permitir momentos de ocio. No tener miedo al aburrimiento, porque de él surge la imaginación. El muy común que los niños nos digan que “están aburridos”, podemos dar opciones, pero no debemos actuar inmediatamente para que esa sensación desaparezca. Sí es importante saber, que antes que aparezca la creatividad la queja por el aburrimiento será “alta”, para luego desaparecer.  La clave “saber esperar” y allí aparecerá.
  • No obligarlos a leer ni castigarlos con la lectura. Por el contrario, promover el amor por los libros. Leer juntos. Escucharlos leer. Compartir estos momentos, charlar sobre lo leído. La lectura es una herramienta fundamental para nuestros hijos, no sólo para la escuela, sino para la vida.
  • Frente a la duda o a la inquietud, optar siempre por el juego libre, no tecnológico. La posibilidad de jugar encierra grandes posibilidades de aprendizaje y de desarrollo infantil, más que cualquier otra actividad propuesta. Nuestro sentido común como padres no fallará, estemos tranquilos. En la medida que como adultos sepamos manejar nuestras propias emociones, también nuestros niños podrán estar tranquilos y seguros.

 

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