Cruzar la calle, tomar un colectivo, subir y bajar escaleras. Actividades cotidianas que para la mayoría de las personas no representan ninguna dificultad. Sin embargo, son tareas más complejas para quienes padecen disminución de la vista.
El bastón verde llega a la vida de las personas con discapacidades visuales y les otorga la posibilidad de realizar acciones de la vida diaria. Genera la capacidad de acceder a esta cotidianeidad de otra manera, con más seguridad en ellos mismos y en la toma de sus decisiones. Cada día se descubren más quehaceres que se pueden llevar a cabo a pesar de las enfermedades visuales.
Los usuarios del bastón verde manifiestan haberse liberado de esa dependencia contra la cual tanto luchan y de la constante preocupación por un sin número de detalles y obstáculos.
Verde de esperanza, ver de otra manera.
El bastón verde para baja visión fue creación de la profesora Perla Mayo, en el año 1998. Su uso se presentó y se sancionó en el 2002 mediante la ley 25.682.
El color verde, además de su valor simbólico, es utilizado para diferenciarlo del blanco que usan quienes padecen ceguera total. Esto significa que una persona con este tipo de visión, algo puede ver. Por eso, en el caso de encontrarse con una persona que use un bastón verde, ayúdala a cruzar la calle o a subir y bajar de un colectivo, entre otras cosas. Es importante que todos entendamos que día a día convivimos con la diversidad, todos somos diferentes de alguna manera y si nos ayudamos a ayudar, la convivencia será más fácil y beneficiosa para todos.
El Hospital Universitario en su Servicio de Rehabilitación, dispone de un área de Rehabilitación Visual a cargo de una oftalmóloga y una terapeuta visual quienes realizan diagnósticos y tratamientos para que niños y adultos con baja visión logren una mejor calidad de vida.