Las cifras son alarmantes. La incidencia del Cáncer de Colon y Recto (CCR), indica que es la tercera a nivel mundial y segunda como causa de muerte. Puede considerarse un marcador de desarrollo socioeconómico ya que las tasas de incidencia se vinculan al aumento de la calidad de vida.
De acuerdo a datos obtenidos del Centro de Epidemiología de Mendoza en el año 2014, la incidencia del CCR fue de 34 cada 100000 habitantes hombres y de 28 cada 100000 mujeres; convirtiéndose así en la segunda causa luego del cáncer de próstata y mama, respectivamente.
Al evaluar las tendencias de incidencia y mortalidad, apuntan a la influencia de los patrones dietéticos, de obesidad y demás factores del estilo de vida. Paralelamente, la disminución de la mortalidad observada en los países más desarrollados refleja la adopción de mejores prácticas en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Los programas detección temprana, como los implementados en los Estados Unidos y Japón en la década de 1990, también han tenido un impacto. El informe revisado del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer/Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, señala que la carne procesada, las bebidas alcohólicas la grasa corporal, el uso indiscriminado de antibióticos aumentan el riesgo; mientras que la actividad física es beneficiosa. Una dieta alta en el consumo de carnes rojas o procesadas se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de colon.
Si comparamos las estadísticas de los EUA y las nuestras, vemos como con la prevención han logrado un descenso importante tanto de la incidencia como mortalidad por CCR. Es de vital importancia realizar acciones preventivas. Por esta razón, a nivel nacional y provincial se implementa el Programa Nacional de detección precoz de Cáncer de Colon.
El mismo se basa principalmente en un relevamiento poblacional en Atención Primaria. De ahí la importancia de que la población general entre los 45 y 75 años de edad, que no tenga ningún tipo de síntoma concurra a los centros de salud más cercanos o a su médico de cabecera a fin de realizarse los controles pertinentes: test de sangre oculta en materia fecal, es muy simple, no es invasivo y es de resultado rápido.
En caso de presentar sintomatología como anemia, pérdida de peso, cambios evacuatorios, dolor abdominal o padecer enfermedades inflamatorias intestinales o familiares en primer grado con antecedentes de cáncer colorrectal la concurrencia debe de hacerse en forma inmediata.
Fuentes: Cancer Journal for Clinicians 2018;0:1‐31. © 2018 American Cancer Society
Global cancer statistics 2018
Dirección Asistencial, Hospital Universitario.