La Psicomotricidad es una disciplina científica que aborda al cuerpo y sus manifestaciones, en relación a lo psíquico y a lo motor. Por lo tanto cuando hablamos de Psicomotricidad hacemos referencia a una interrelación entre la motricidad, la afectividad y el proceso intelectual. Esta interrelación se manifiesta a través de acciones y comportamientos de los niños y niñas, como una forma original y única de expresión de “ser” y “estar” en el mundo, a la cual llamamos “expresividad motriz".
La Psicomotricidad puede desarrollarse en ámbitos de salud, como una práctica con carácter preventivo y/o terapéutico, como así tambien, en ámbitos educativos y socio-comunitarios, como una disciplina que propicia la organización como el desarrollo de ciertas habilidades, esperables en procesos de socialización, primaria como secundaria.
Esta disciplina entiende a la persona, en estadios específicos de su desarrollo, como un ser integral, que forma parte de una sociedad-comunidad, con un equipamiento biológico andamiado por sensaciones, emociones y afectos. Así se aborda el desarrollo global del niño/a, acompañando el proceso de maduración bio-psico-afectiva, a través del movimiento, la acción, la iniciativa y el juego.
Está destinada a niños/as de 3 a 9 años y es la familia, la institución escolar y los profesionales de la salud cercanos quienes ocupan un lugar clave para estar atentos frente a indicadores de posibles dificultades en el desarrollo.
¿Qué indicadores encienden alertas?
- Dificultades en la conducta adaptativa.
- Dificultades de aprendizaje
- Baja tolerancia a la frustración
- Situaciones familiares complicadas: duelos, separaciones, etc.
- Niños/as altamente sensibles
- Excesiva timidez y /o gran dependencia del adulto
- Dificultad para aceptar/incorporar los límites.
- Dificultad para registrar o expresar sus emociones: se enoja fácilmente, agresividad, estallidos emocionales, no registra dolor o peligro.
- Ante la ausencia de respuesta al nombre o al contacto visual.
- Dificultades en el desarrollo: control de esfínteres, trastornos del sueño, de alimentación.
- Dificultades en la atención.
- Alteraciones en el espacio, tiempo, ritmo. Diferenciación del espacio propio y el ajeno.
- Desajustes en la imagen del cuerpo.
- Dificultad para planificar/realizar tareas cotidianas.
- Ante la presencia de signos de hiper o hipo-actividad.
- Dificultades en la organización corporal y de los movimientos. Hiper o hipotonía. Torpeza, poca habilidad motriz.
- Dificultad para manipular objetos.
- Juego solitario/ dificultad en la relación con pares.
- Niños/as con desafíos en su desarrollo, desarrollo atípico.
Muchos de estos indicadores pueden asociarse a otras dificultades o desafíos en el desarrollo por lo cual pueden requerir de abordajes complejos e interdisciplinarios, donde la psicomotricidad puede tornarse en un pilar en el abordaje integral de las infancias.
Si querés pedir turno con nuestro servicio de Psicomotricidad, comunicate de lunes a viernes de 8 a 20, a través de mensaje de WhatsApp al 2612431356.
Fuente: Lic. Mariela Velez / Psicomotricidad / Hospital Universitario.