Es habitual que al finalizar el ciclo lectivo, los niños asistan a escuelas de verano, realicen actividades al aire libre, concurran a balnearios, a la pileta de un amigo, o la clásica pelopincho en el patio de casa.
Sin embargo, con estos divertidos planes aparecen algunas afecciones que atentan contra la salud de nuestros niños. Por eso, la Dra. María Eugenia Pignolo, del servicio de Pediatría del Hospital Universitario, nos acerca algunos consejos a tener en cuenta.
Prevenir ‘golpes de calor’
Los días de altas temperaturas se recomienda evitar la actividad física intensa y la exposición al sol en forma directa. Los niños deben ingerir en forma frecuente abundante líquido (principalmente agua fresca), usar ropas claras y comer liviano. Ante la presencia de dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, decaimiento, irritabilidad, tendencia al sueño, debilidad muscular o fiebre, es importante consultar con el pediatra de cabecera rápidamente.
Cuidados al sol
Con el fin de prevenir quemaduras y el daño que genera la exposición solar repetida, es muy importante usar protector solar. Se debe colocar al menos 20 minutos antes de la exposición (lo ideal es que salgan de casa con el protector puesto) y utilizar un factor de protección de 45 o más, renovar la colocación del mismo cada dos horas (especialmente si juegan con agua o ingresan a piletas) y evitar la exposición al sol directo entre las 11 y las 16 hs.
Uso de repelentes
Dada la posible circulación de enfermedades transmitidas por mosquitos (como el dengue, fiebre chikungunya, entre otras), es importante utilizar siempre repelentes en forma adecuada, sobre todo en las primeras horas de la mañana y al atardecer, que son los horarios en los cuales los mosquitos que las transmiten más salen a picar.
¡Atención, primero se debe colocar el protector solar y pasado un rato el repelente!
Oídos seguros
Respecto a infecciones como la otitis, no se recomienda usar hisopos para limpiar los oídos; pueden aplicarse gotas recetadas después de estar en el agua para prevenir la otitis según indicación médica y cuidar la higiene del agua de las piletas.
Libres de gérmenes e infecciones
Si se presentan micosis o dermatitis la indicación consiste en darse una ducha luego de la actividad de pileta para retirar de la piel productos químicos y posibles gérmenes teniendo especial atención de secar muy bien los pies, entre los dedos, para que no aparezcan hongos.
Otro proceso infeccioso que puede ser provocado por el agua o los alimentos contaminados son las diarreas. Se pueden prevenir evitando la ingesta de agua de la pileta, propiciando el lavado de manos frecuente, principalmente, luego de ir al baño y antes de ingerir alimentos, consumiendo agua y alimentos seguros, elaborados de acuerdo con las normas de higiene y conservados respetando la cadena de frío.
También es importante no abrir los ojos bajo el agua sin la utilización de antiparras para evitar infecciones en la vista.
¡Y sin pediculosis!
Debe revisarse periódicamente la cabeza de los chicos para detectar en forma temprana piojos o liendres, con atención la parte de atrás de las orejas y la nuca; usar el pelo recogido. Además, los peines, gorros, cepillos, vinchas, hebillas y otros accesorios para el pelo deben ser individuales y pueden desinfectarse sumergiéndolos en agua caliente (a más de 50 grados). Y, además de implementar el tratamiento apropiado, pasar todos los días el peine fino.
Algunas recomendaciones a la hora de elegir la escuela de verano
Las actividades que se llevan a cabo en las colonias son de tipo recreativas-deportivas no competitivas, y deben ser adecuadas a cada edad.
Es importante elegir un lugar seguro a cargo de profesionales y que en todo momento el pequeño se encuentre bajo supervisión de uno o más adultos responsables. Este es un punto fundamental. Cada profesional puede estar a cargo hasta de 15 niños en edad de 3 a 5 años y un profesional cada 25 niños en edades de 6 a 16 años. En caso de actividades acuáticas, la relación será de un profesor cada 12 niños en el primer nivel de edad y uno cada 20 niños en el segundo nivel de edad.
En las colonias inclusivas, la relación del docente con el niño debe darse de la misma manera que en las escuelas para personas con discapacidad.
La idea es que los chicos la pasen bien, jueguen, hagan actividad física, generen lazos sociales y se diviertan en un ámbito seguro y, en lo posible, en contacto con la naturaleza. Una de las funciones destacadas de estos sitios es fomentar hábitos saludables en cuanto a la alimentación, la actividad física, al cuidado del propio cuerpo, del cuerpo del otro y al respeto por la diversidad.