El 21 de marzo se celebra el día mundial del Síndrome de Down, en referencia a la característica congénita de la trisonomía 21 en un claro juego numérico entre las cifras 21 y 3.
En esta fecha vuelve a ponerse de manifiesto la necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y la de sus familias a través de la inclusión social, laboral y educativa.
Desde las organizaciones internacionales reclaman transformar los sistemas educativos en espacios con capacidad de integración, normalización e inclusión, que son los principios básicos que destacó la UNESCO en 1996. Al respecto esta organización declara: la educación puede ser un factor de cohesión social si procura transformar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y los grupos humanos y al mismo tiempo evita ser (ella misma) un factor de exclusión social.
El pedido de las organizaciones hace hincapié en adecuar los medios a las necesidades individuales de cada persona. El acceso al mundo laboral de las personas con discapacidad es un derecho básico además de ser un medio de fortalecer la inclusión y el desarrollo en forma independiente.
Hasta los años 80 el modelo educativo imperante, en cuanto a las personas con Síndrome de Down, fue el de la educación especial. Este método dificultó la integración en el medio adulto y más aún la incorporación en lugares de trabajo.
Es necesario lograr el compromiso del estado y las empresas para concretar mayor inclusión en el ámbito educativo y laboral. Contar con una fecha simbólica para recordar este tema, tiene un sentido reflexivo y de lucha por el pleno ejercicio de los derechos de las personas con esta discapacidad.
Hospital Universitario, Paso de los Andes 3051 de la Ciudad de Mendoza.
Consultas y turnos para el Área de Rehabilitación a los teléfonos: 4135011 / 4135021 int. 1735.