Este 13 de julio se conmemora el Día Mundial de Sensibilización sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Una fecha promovida desde el año 2012 por diferentes organizaciones profesionales y familiares, con el fin de ser escuchados en sus necesidades educativas, laborales y de salud.
El TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo de más alta prevalencia en la población infantil y una de las patologías más estudiadas en el ámbito científico en estos últimos años. Sin embargo, también presenta un impactante nivel de controversia respecto a su diagnóstico.
El TDAH es una condición reconocida por la Organización Mundial de la Salud; entendiendo que agrupa las siguientes manifestaciones cognitivos-conductuales: desatención, hiperactividad e impulsividad. Esta triada puede presentarse de forma bifactorial, es decir, puede darse una combinación de ellos, por lo que la desatención puede darse por separado de la hiperactividad e impulsividad, pero no es posible separar la hiperactividad de la impulsividad.
Los síntomas del TDAH tienen un gran impacto en la vida emocional, social, educativa y laboral del paciente, requiriendo cambios o adaptaciones del medio con el fin de poder transitar las exigencias ambientales de la forma más positiva posible.
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales-5 (DSM-V), su prevalencia en la población infantil se estima en un 5%, posible de ser diagnosticado a partir de los 6 años, resultando más frecuente en varones que en mujeres con una proporción de 2:1, (Asociación de Psiquiatría Americana –APA, 2013).
Anteriormente, se creía que este trastorno remitía en la adolescencia, pero estudios recientes apoyan la idea de que permanece en la edad adulta, con una transformación de la manifestación de los principales síntomas.
Es importante mencionar que los niños con TDAH no presentan significativas lesiones cerebrales, retardo en el desarrollo y/o dificultades psicológicas emocionales que puedan explicar mejor la tríada de síntomas (desatención, hiperactividad, impulsividad). En este último punto radica la importante controversia actual. Muchos son los autores que refieren que los síntomas indicados no son más que una consecuencia de factores sociales, educativos y familiares; entendiendo que las características actuales de nuestros estilos de vida y la presencia de una nueva generación infantil acostumbrada a la inmediatez de los soportes tecnológicos, impactan directamente sobre la conducta de nuestros niños. Por lo tanto, el conflicto se reduce a que las manifestaciones se encuentran “valoradas” como propias de un trastorno del neurodesarrollo y no como síntomas de una realidad personal que busca la forma de expresarse. El conflicto diagnóstico presentado, requiere, por lo tanto, ser atendido por profesionales competentes y especializados en el área.
¿Quiénes pueden diagnosticar el TDAH? Profesionales de psiquiatría y neurología, quienes también pueden medicar en caso de ser necesario. ¿Quiénes pueden realizar una valoración cognitiva conductual? Profesionales de psicopedagogía y psicología, los cuales no pueden recetar apoyo farmacológico, pero sí el plan terapéutico, que no termina en el diagnóstico, sino que requiere de un largo proceso de orientación o psicoeducación para todas las partes involucradas (paciente, familia, escuela, trabajo, etc.), la rehabilitación y la adquisición de herramientas personales que permitan una mejor adaptación y progreso en las trayectorias personales.
Cuando el TDAH se presenta, sus consecuencias se harán sentir en todos los planos de la vida del paciente, especialmente, en el plano emocional, por lo que atender estas manifestaciones, debe ser prioridad para todos los involucrados.
Con el fin de responder a las inquietudes que en muchos casos tienen los padres y docentes de niños con TDAH es que los invitamos el 30 de julio a una mesa de conversación con profesionales relacionados a la patología.
Este encuentro se desarrollará a las 16.30 hs en el Aula 2 del Hospital Universitario y contará con la presencia de miembros del equipo de Rehabilitación y Pediatría de nuestra institución. Para confirmar su participación es necesario preinscribirse aquí.
Agradecemos a la Prof. Fernanda Distéfano del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario por esta nota.