La tuberculosis es una enfermedad de origen infeccioso causada por una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch que se propaga por el aire de una persona a otra. Si bien varios órganos pueden afectarse, es pulmón el órgano más frecuentemente comprometido.
Una persona que se encuentra enferma y desconoce que padece tuberculosis pulmonar, al toser, estornudar o hablar, propaga el bacilo de la tuberculosis en el aire. Por lo tanto las personas que conviven, ya sea en su hogar o trabajo y mantienen un contacto estrecho pueden infectarse. Si no se trata apropiadamente, la tuberculosis puede ser mortal.
Quienes tienen la enfermedad de tuberculosis se sienten enfermos, presentan síntomas y pueden transmitir las bacterias de la tuberculosis a los demás.
Sin embargo, no todas las personas infectadas
por estas bacterias enferman de tuberculosis. La persona que se infectó, por
medio de un contacto, pero que no está
enferma tiene una infección latente de tuberculosis. Estos
pacientes no se sienten enfermos, no presentan síntomas y no transmiten la enfermedad. No obstante por
diversas razones pueden presentar una tuberculosis activa en el futuro. Por su
parte, quienes tienen la enfermedad
tuberculosis se sienten enfermos, presentan síntomas y pueden transmitir el
agente etiológico a otras personas.
El riesgo de contraer tuberculosis aumenta en el
entorno a personas enfermas, quienes viven en condiciones insalubres, de
hacinamiento o padecen de desnutrición.
La trasmisión de la enfermedad es a través del aire de persona enferma a persona presumiblemente sana. Otras vías de trasmisión tales como compartir alimentos, bebidas, dar la mano, tocar la ropa del paciente, no demostraron ser vías de contagio de la enfermedad.
Esta enfermedad es de comienzo insidioso lo que dificulta el diagnóstico precoz.
El paciente puede presentar síntomas como
astenia, adinamia, inapetencia, pérdida de peso, febrícula vespertina y
sudoración nocturna asociada a manifestaciones respiratorias tales como falta de aire, tos
que persiste durante semanas y expectoración o flemas con sangre y dolor de
tórax.
No todos necesitan una prueba para conocer si tienen tuberculosis, solo aquellos pacientes que presenten síntomas o mayor riesgo de padecer la enfermedad, como es el caso de inmunosuprimidos, quienes mantengan contactos con personas que han enfermados recientemente o consumen drogas ilegales, entre otros.
Se debe tener presente que cualquier persona puede contraer la enfermedad, por lo tanto un test cutáneo positivo, PPD, sin manifestaciones clínicas sólo indica que la persona está infectada. Para determinar si efectivamente está enferma de tuberculosis, es necesario realizar otros estudios, como una radiografía de tórax o un cultivo de secreciones respiratorias.
La
Tuberculosis es una enfermedad evitable y curable si está detectada y tratada
temprano. Los pacientes disponen de un tratamiento efectivo, que en
pocos días después de implementarse el mismo pueden incorporarse a sus tareas
habituales.
Es de suma importancia la detección precoz de la enfermedad para una pronta recuperación y de esta forma evitar todo tipo de complicación.
Fuente: Dr. Carlos Elías, médico neumonólogo del Área de Medicina Interna, Hospital Universitario, UNCuyo.
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