Desde el 2016, cada 30 de septiembre se conmemora el día del Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) con el fin de darle visibilidad y concientizar sobre esta condición.
La capacidad de comunicar mensajes complejos es una de las características más importantes de los seres humanos. El TEL se trata de un desorden en el desarrollo del lenguaje que afecta al lenguaje hablado y/o leído en sus fases expresiva y comprensiva, en personas con una inteligencia que se halla dentro de los parámetros considerados normales, sin compromiso auditivo ni de las habilidades motrices del habla, ni como efecto secundario de algún síndrome u otra condición patológica capaz de alterar el lenguaje.
El origen de los TEL es incierto, aunque existen sospechas que lo atribuyen a factores genéticos y ambientales. Los consumos de ciertas sustancias durante el embarazo (cocaína y otras drogas), la falta de seguimiento en el la etapa gestacional, bajo peso al nacer y la baja estimulación temprana son posibles desencadenantes.
Los síntomas
Generalmente, son los padres o quienes tengan los niños a su cargo quienes observan un retraso en la adquisición del lenguaje, lo que en muchos de los pacientes implica que no comiencen a hablar sino hasta los 2 años o incluso más tarde.
Luego comienzan a advertirse deficiencias en la cantidad de palabras incorporadas respecto de otros niños de similar edad, problemas con la forma de hablar, con la ilación de las palabras, mayor repetición de errores y otras dificultades que afectan la expresión y la comprensión.
Con la mayor edad del niño, los síntomas se hacen más evidentes. Entre otros, ellos incluyen: errores en la forma de las palabras; mala combinación de las distintas partes de la oración; problemas para entender lo que se les dice y para expresarse; errores de pronunciación; entre otros.
Señales de alerta temprana a tener en cuenta
– La falta de inteligibilidad a los dos años, más allá de que el niño pueda decir mamá o papá.
– Vocabulario limitado y no arma frases.
– A los 4 años, sus enunciados son breves, limitándose a composiciones de dos o tres palabras.
– Casi no habla y tiene apariencia de timidez, al tiempo que suele jugar en soledad.
– Expresa palabras pero no parece entender su significado.
– No responde a su nombre y tampoco comprende las órdenes que se le imparten.
– No manifiesta una utilización correcta del idioma en prácticamente ningún aspecto.
El diagnóstico
Ante la evidencia de que algo no funciona como debiera, lo primero que deberá hacer el pediatra es descartar que el cuadro clínico se deba a otra condición. Algunos casos pueden confundirse con algún Trastorno del Espectro Autista, con el que comparte ciertos rasgos aunque existen diferencias
El diagnóstico final lo realizan profesionales idóneos en la materia, con mayor frecuencia son fonoaudiólogos, psicopedagogos y/o terapistas del lenguaje a través de distintas pruebas y tests que miden habilidades en el lenguaje.
Tratamiento
Dada la heterogeneidad de áreas afectadas y su intensidad, la intervención para mejorar la condición de los pacientes debe ser personalizada y las terapias buscan estimular la adquisición de vocabulario mediante la realización de diversas actividades, muchas de ellas basadas en el juego, optimizando las áreas que se encuentren preservadas.
La intervención debe ser intensiva y continuada en el tiempo. Asimismo, es necesario que se involucren en ello los referentes del niño, tanto la familia como el ámbito escolar.
Siempre hay que tener en cuenta que lo que le ocurre al niño no es falta de voluntad sino que posee un trastorno.
A demás de las intervenciones psicológicas y terapéuticas, la contención afectiva es siempre un plus que potencia los efectos beneficiosos de todos los tratamientos que se intenten.
Si este artículo te ayudó a identificar algún síntoma, no dejes de consultarnos. Nuestro servicio de Rehabilitación cuenta con profesionales que pueden ayudarte desde Terapia del Lenguaje y Psicopedagogía. Si tenés alguna duda, llamanos al 4135026 de lunes a viernes de 8 a 20.
Fuente:https://elcisne.org
