La Organización Mundial de la Salud y la Iniciativa Mundial para el Asma, promueven el primer martes de mayo como Día Mundial del Asma con la finalidad de mejorar el conocimiento que se tiene sobre esta enfermedad y optimizar los cuidados de los pacientes asmáticos en todo el mundo.
Por ello, desde el Hospital Universitario te invitamos a informarte sobre este tema y a consultar ante cualquier inquietud a nuestro servicio de Neumonología.
Qué es el asma y cómo se detecta
Se trata de una enfermedad identificada por episodios recurrentes de dificultad respiratoria debido a la obstrucción de las vías aéreas. Estos episodios se caracterizan por la presencia de tos, sibilancias, disnea y opresión torácica.
Puede presentarse desde la edad pediátrica hasta la adultez con innumerables posibilidades de expresión clínica. Si bien la obstrucción bronquial reversible es el principal síntoma, los pacientes pueden mostrar diferencias sumamente variables en la edad de comienzo, en la intensidad y en la frecuencia de aparición. El diagnóstico de asma es eminentemente clínico. Por lo tanto, el análisis de la historia clínica del paciente y el examen físico constituyen sin dudas los pilares para la orientación inicial del médico. En ocasiones, estos dos elementos son claros y suficientes para un diagnóstico preciso pero muchas veces se requiere la realización de exámenes complementarios.
Con frecuencia, estos episodios se dan en forma estacional o luego de la exposición a determinados aeroalérgenos ambientales intra o extra domiciliarios, que a veces pueden ser identificados.
La tos seca y recurrente, de predominio nocturno o desencadenada por el ejercicio es el síntoma más frecuente en el asma pediátrico y rara vez se encuentra ausente. La reversibilidad de los síntomas después de administrar agentes broncodilatadores es, muchas veces, es un elemento importante para el diagnóstico.
Factores de riesgo
Existen factores genéticos que predisponen al sujeto a desarrollar asma. Al mismo tiempo, se observan numerosos elementos medioambientales desencadenantes. Entre ellos podemos mencionar a los alérgenos domésticos (ácaros, pelos de animales, cucarachas, hongos, entre otros); alérgenos exteriores (como por ejemplo pólenes); virus; humo de cigarrillo; agentes infecciosos, contaminantes e irritantes; temperatura y humedad del aire que produce enfriamiento de la vía aérea; y ciertas situaciones emocionales.
Entre los factores de riesgo más relacionados podemos describir:
Factores genéticos: Son múltiples los genes probablemente involucrados en el desarrollo del asma. Asimismo, se han identificado otros genes relacionados con la forma en que el paciente responde a los tratamientos broncodilatadores y antiinflamatorios. Recientemente se ha demostrado la asociación de variaciones en el cromosoma 17 con el desarrollo de asma en niños. Este efecto es habitual cuando coexiste exposición al humo del cigarrillo e infecciones respiratorias en el lactante.
Obesidad: Aunque el sedentarismo y el uso de corticoides en un paciente asmático podría ser la causa de la obesidad, en la mayoría de los casos el orden es inverso, la obesidad es la promotora del asma. Más allá que la obesidad puede determinar elevación diafragmática, restricción funcional, reflujo gastroesofágico y un patrón respiratorio que altera la plasticidad del músculo liso bronquial, también produce un estado “proinflamatorio”. Se ha propuesto también que en los pacientes asmáticos obesos la respuesta a los esteroides se encuentra disminuida. Asimismo, algunos autores han demostrado que la pérdida de peso mejora la evolución del asma.
Sexo: Durante la infancia es más frecuente en varones que en niñas. Sin embargo en la adultez, existe una cierta predominancia en mujeres. Esta diferencia se correlaciona con el calibre de las vías aéreas a lo largo de la vida en ambos sexos.
Alérgenos: Actúan como desencadenantes de los episodios de obstrucción bronquial, pero en ocasiones también podrían contribuir a la causa de la enfermedad, dependiendo de la concentración, el tiempo de exposición y la edad del paciente. Algunos estudios sugieren la relación entre exposición a ácaros y a cucarachas con la génesis del asma. En el caso de la exposición a animales, se ha establecido el efecto alergénico de los pelos de animales tales como perros y gatos. Sin embargo, también se ha postulado que la exposición a las endotoxinas de los animales domésticos y de granjas tiene un efecto protector.
Infecciones: Aproximadamente el 80% de las exacerbaciones de asma se atribuyen a infecciones respiratorias virales. El virus daña el epitelio respiratorio y ello permite el mayor acceso de alérgenos inhalados a la submucosa y la activación de respuestas TH2 en los niños predispuestos. Sin embargo, el factor genético es determinante para el resultado final.
Tabaquismo: La inhalación de sustancias del humo del cigarrillo se asocia a mayor sensibilización a alérgenos, caída de la función pulmonar y a mayor severidad de asma de difícil control. Más aún, la exposición al cigarrillo in utero se vincula a menor función pulmonar en la infancia y riesgo incrementado de asma. Es interesante notar que no solamente el tabaquismo pasivo (tabaquismo de segunda mano) es perjudicial para los niños que conviven con fumadores activos en el hogar, sino también lo es el llamado tabaquismo de “tercera mano”, que es el contacto con partículas contaminantes del cigarrillo depositadas en diferentes superficies horas o días después de producidas.
Polución Ambiental: Los polutantes extra hogareños (por ejemplo combustión diésel) y los hogareños (como combustión a leña, desodorante, repelente y otros) favorecen definitivamente la enfermedad respiratoria baja y la exacerbación de asma.
Factores dietarios: El impacto de los niveles disminuidos de vitamina D en relación a la enfermedad pulmonar es materia de discusión actual. Existen estudios que mostraron que el asma inducido por ejercicio es más frecuente en pacientes con bajos niveles de vitamina D, y el estudio CAMP permitió demostrar que en los niños asmáticos con déficit de vitamina D se incrementaba el riesgo de exacerbaciones.
En síntesis, el asma bronquial es una enfermedad con múltiples formas de expresión clínica que requiere muchas veces un elevado grado de sospecha por parte del médico tratante y el uso racional de una serie de exámenes complementarios que le permitan evitar el subdiagnóstico de la enfermedad, considerar otras entidades clínicas que pueden confundirse con el asma o eventualmente agravar un cuadro de asma preexistente.
Ante la presencia de estos síntomas, no dejes de consultar con nuestro servicio de Neumonología. Podés solicitar turnos de lunes a viernes de 8 a 20 llamando al 08109991029.
Fuente. Dr. Nicolás Cangiani, Neumonología, Hospital Universitario.