Cuando hablamos del bienestar y la salud no nos referimos únicamente a los aspectos físicos. La salud mental es un factor fundamental ya que brinda a la persona armonía emocional, psíquica y social para llevar adelante los desafíos de la propia vida y de la comunidad en la que vivimos.
Por ello, en el día mundial de las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) queremos mirarlas desde un punto de vista psicológico para conocer cómo impactan en las personas que las padecen y en qué consiste es el acompañamiento interdisciplinario. Compartimos a continuación, información que nos acerca la Lic. Mayra Vega, psicóloga del Hospital Universitario, quien aborda en su consultorio este tipo de patologías.
Enfermedades inflamatorias intestinales: el desafío de aceptar el diagnóstico y los cambios
Las enfermedades inflamatorias intestinales son dos: Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn. Ambas son patologías crónicas. Cada una con sus particularidades, implican una serie de cambios que se producen en la vida del paciente desde el momento en que comenzó a presentar síntomas relacionados con malestar gastrointestinal y algunos de ellos podrían establecerse de modo permanente en su vida.
Este conjunto de cambios, generalmente desencadena un proceso de duelo, el duelo por la salud perdida. La persona tiene por delante el desafío de lograr afrontar su nueva realidad, y las implicancias de ella, orientándose a la aceptación del diagnóstico. Esto facilitará una alta adherencia al tratamiento propuesto por el equipo interdisciplinario.
Entre algunos cambios, podemos mencionar los relacionados a rutinas, nutrición, alimentación horarios, consultas y estudios médicos, establecer y cumplir con un tratamiento interdisciplinario y sostener trámites en las obras sociales y entidades de salud. Probablemente, modificaciones en sus hábitos cotidianos, horarios de trabajo u ocupación. También se observan cambios en el aspecto social y en el ámbito de las relaciones interpersonales, debido al malestar y síntomas físicos o de índole emocional.
Aspectos internos como el autoconcepto y la autoimagen, se ponen en jaque al recibir el diagnóstico, al igual que conceptos trascendentales subjetivos relacionados con los afectos, el paso del tiempo, la salud, la enfermedad, la vulnerabilidad, la vida y la muerte.
No menos importante, en algunas ocasiones cambios en cuanto al aspecto económico, ya que algunos ingreso pueden verse restringidos debido a disminución de dedicación de tiempo al trabajo o bien, por montos de dinero que deben ser invertidos en el tratamiento.
Todo lo cual conlleva la necesidad de ejercer cambios de modo práctico, y también afectivamente, en la vida de esa persona y su círculo próximo.
¿Existe alguna relación entre las emociones y el desencadenamiento de las EII?
Es probable que la relación entre psicopatología y enfermedad inflamatoria intestinal esté influenciada por las implicancias que se manifiestan en el estilo de vida del paciente como consecuencia del padecimiento del trastorno orgánico. Algunas investigaciones revelan que las repercusiones psicosociales que se producen como consecuencia del brote de la enfermedad, como por ejemplo, las dificultades para trabajar, los cambios en la vida familiar, el aislamiento social, podrían estar ejerciendo un efecto en la valoración personal que hace la persona de sí misma y podría estimular la aparición de trastornos ansioso-depresivos.
Cabe destacar, que recientes estudios psicoinmunológicos han demostrado que si bien es cierto que el padecimiento de la enfermedad inflamatoria intestinal influye en el incremento de la probabilidad de surgimiento de trastornos emocionales, éstos, a su vez, afectan a la propia patología, contribuyendo negativamente en muchas ocasiones, a que empeore la sintomatología clínica.
Algunos autores se han dedicado a desarrollar e instrumentar programas e intervenciones psicológicas que permitan a los pacientes aplicar estrategias efectivas de afrontamiento que favorezcan el tratamiento de los trastornos psicológicos asociados con el objetivo de mejorar la calidad de vida.
¿Por qué es importante el acompañamiento psicológico profesional a una persona con este diagnóstico?
Muchos pacientes desconocen qué hacer o cómo afrontar el nuevo escenario generado por la enfermedad. Entonces el acompañamiento de profesionales de salud mental es muy importante ya que abordan sus emociones, percepciones, pensamientos, sentimientos, su sistema de creencias, relación consigo mismo y con los demás. Impacto del diagnóstico en su emocionalidad y procesos de resistencia o aceptación a su nueva realidad, favoreciendo la adaptación a la misma. El objetivo es lograr el bienestar del paciente y la mejoría de su calidad de vida.
El/la psicólogo/a integra equipos multidisciplinarios, asistiendo a lo que llamamos la Unidad de Tratamiento. Unidad comprendida por paciente, familia (o seres significativos para el paciente) y equipo clínico tratante. Su funciones además son favorecer la comunicación entre todas estas partes, acompañar y guiar el proceso de toma de decisiones, comunicación de noticias, expresión del afecto, entre otras.
El proceso Psicoterapéutico comprende:
- Contención y acompañamiento
- Guía y orientación en toma de decisiones
- Evaluación y ampliación de Estrategias de Afrontamiento
- Diagnóstico y tratamiento de cuadros psicopatológicos concomitantes, por ejemplo: Trastornos de ansiedad / Trastornos del ánimo
- Reeducación en gestión emocional
- Se brindan herramientas para lograr pautas de comunicación efectiva con familiares, cuidadores, equipo médico
- Técnicas de relajación y Mindfulness
- Indagación y abordaje de factores protectores y factores de riesgo en relación al diagnóstico
- Evaluación y detección de requerimiento de Interconsulta con Psiquiatría.
¿Cómo se integra el equipo interdisciplinario que aborda estas patologías?
Médicos/as: de especialidades como gastroenterología, clínica, cirugía, reumatología e imágenes; nutricionistas; enfermeras/os y psicólogos/as.
La finalidad es abordar de manera conjunta, desde la interdisciplina, todos los aspectos involucrados en el tratamiento de las EII y que el paciente se sienta contenido y acompañado por un equipo que lo asiste, asesora y guía a partir de indicaciones precisas y convenientemente consensuadas, considerando su individualidad y características personales.
